La práctica hace al maestro. Heme aquí después de casí tres años en los cuales a uno le puede pasar de todo, desde vivir el día día de forma autómata, hasta ver su vida derrumbarse luego de un desastre interno (porque decir externo sería demasiado afortunado) a mi no me pasa ninguna de las dos, lo que es peor. Es así como llegué a la conclusión de que, para no perder la costumbre y sobre todo para tratar de no perder la cordura en este mundo que está al borde del abismo, me era necesario retomar aquello de "escribir" o al menos eso es lo que intento por ahora.
La lluvia está muy insistente el día de hoy, su musicalidad está a todo, puesta justa y exacta para la melancolía, y así como sigue de insistente al pasar mis dedos en las teclas, así sigue de insistente mi pesimismo, seguiré aguardando el momento de que la luz no salga afuera, sino dentro de mi, para ver que sigue, que acontece, que me toca... La vida es así, hay que trabajarla para que surja algo medio bueno.
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